¡Hello Sweet Readers!
He abandonado un poco el blog de nuevo,
pero arreglaré eso.
Hoy les vengo hablar de otra de mis
historias, esta es bastante nueva, llego a mi cabeza y fue como: “¡Tengo que
escribirla!”
No tiene inspiración en otro lugar, solo
llego la voz del personaje a mi cabeza y me gustó la trama.
Es temática LGBT, lo cual es un reto para mí,
pues nunca había planeado escribir nada relacionado a esta temática, pero se
dio y trataré de hacerlo lo mejor que pueda.
A continuación les dejo la sinopsis y el
prólogo, por si les interese también el link:
SINOPSIS
No importa el lugar en el que esté, siempre
habrá algo que me recuerde tu mirada, tu sonrisa, tus gestos tontos…
De alguna manera eso me hace sentir cerca de
ti…
Pero cuando realmente necesito que estés
conmigo, cierro los ojos y todo mejora porque sé que estarás conmigo siempre…
Con cada latido de mi corazón.
PRÓLOGO
— ¡Mami! ¡Mami!
La voz angustiada de mi hija hace que entre en modo mamá
sobreprotectora.
Mi pequeña hija de seis años corre hacia mí con sus
brillantes ojos verdes tristes y
llorosos.
— ¿Qué te pasó mi vida? —me agacho hasta estar a su altura
e inmediatamente envuelve sus bracitos alrededor de mi cuello. —Aylén, mi
cielo, ¿Qué te hicieron? ¿Por qué estas así?
A regañadientes logro que me deje ver su carita mientras le
seco las lágrimas que han empezado a caer.
—A ver, cuéntale a mami por qué estás así.
—Tú sabes —me dice con su aún voz de bebé que siempre logra
derretirme y nunca negarle nada. —La tarea que hicimos ayer, la profesora nos
pidió decir el significado de mi nombre y yo les dije que significaba alegría y
que me llamaba así por mi otra mami que está en el cielo —como siempre que mi
inolvidable Aylén es mencionada, siento una punzada en el pecho, acepto la
sensación, hace que me sienta cerca de ella. La voz de mi hija me regresa al
presente. —Pero todos los niños empezaron a reírse de mí y la profesora dijo
que no es posible tener dos mamás, le dije que yo si las tenía, pero ella me
siguió diciendo que no —gruesas lágrimas
caen de sus ojos y deseo tanto unirme a ella —Eso no es cierto ¿verdad mami? Yo
si tengo otra mamá, está en el cielo porque ella decidió convertirse en nuestro
ángel de la guarda, ¿verdad que sí? —siento mis ojos humedecerse, pero aun así
logro plantar una sonrisa en mi cara.
—Así es mi amor, tienes dos mamás, y mamá Aylén está en el
cielo, cuidándote, cuidándonos. No le hagas caso a esa bruja yo me ocuparé de
ella más tarde. —limpié sus lágrimas y besé su mejilla. — Ahora vamos a casa,
tenemos que llevarle flores a mamá Aylén, hoy es su cumpleaños.
Espero que le den una oportunidad, se los agradecería
mucho.
Sin más que añadir,
¡Besitos llenos de amor y de labial sabor a
fresa!
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